La aerolínea Jetsmart se encuentra en el ojo del huracán tras múltiples denuncias por mala atención, desorganización y falta de respuestas ante cambios inesperados en sus vuelos nacionales.
El hecho más reciente ocurrió el primero de mayo, cuando un turista europeo denunció que fue devuelto dos veces a Bogotá tras despegar rumbo a Santa Marta.
Según su relato, pasó más de dos horas esperando, y tras dos aterrizajes, el avión regresó a la capital sin ninguna explicación por parte de la tripulación.
“Ni estaba lloviendo, ni vi complicaciones. Nos bajaron, nos dejaron sin información, sin opciones de buscar algo de comer ni manera de conseguir algún hotel. Simplemente nos dejaron tirados en el aeropuerto”, aseguró el viajero extranjero, visiblemente molesto por la experiencia vivida.
A esta queja se suma la de otro pasajero, cuyo vuelo programado para las 5:00 p.m. con destino a Santa Marta fue modificado abruptamente a las 5:00 a.m.
El cambio no solo implicó una reprogramación horaria sin previo aviso, sino que además lo obligó a hacer escala en Rionegro, Antioquia, donde debió esperar hasta las 3:00 p.m. para continuar su trayecto. “Mi vuelo era directo, nunca se me notificó ese transbordo. Quedé a la deriva en un aeropuerto que ni siquiera era parte de mi ruta”, expresó.
Ambos testimonios evidencian una alarmante falta de protocolo, información y empatía con los usuarios por parte de Jetsmart, una aerolínea que venía ganando terreno en el mercado colombiano, pero que ahora enfrenta una fuerte crisis de reputación.