En las sombras de la noche samaria, cuando la ciudad duerme y las luces del comercio informal iluminan las esquinas, emerge la figura de Fidel Mozo, un líder incansable que, por más de una década, ha alzado su voz por la dignidad y los derechos de los comerciantes nocturnos.
Su lucha no ha sido fácil. Entre desalojos, indiferencia institucional y estigmatización social, Fidel ha sabido mantenerse firme, articulando las necesidades de decenas de familias que dependen del comercio informal para sobrevivir. “No somos delincuentes, somos trabajadores”, repite con convicción en cada reunión, marcha o intervención ante las autoridades locales.
Una lucha que no descansa
Desde sus inicios, Fidel comprendió que la informalidad no era una elección, sino una necesidad. Junto a otros comerciantes, organizó asociaciones, promovió diálogos con la Alcaldía y lideró espacios de concertación que buscan humanizar las políticas públicas dirigidas al sector nocturno.
En múltiples ocasiones ha servido de mediador para evitar enfrentamientos entre vendedores y autoridades, convirtiéndose en un puente entre las necesidades del pueblo y los oídos del poder. “Queremos trabajar, pero también queremos hacerlo con dignidad, con garantías, con seguridad jurídica”, afirma.
Más que un líder: un símbolo
Para muchos, Fidel Mozo no solo representa una voz, sino una esperanza. Su presencia en las calles de Santa Marta, escuchando a los comerciantes, gestionando permisos y acompañando procesos, ha hecho que su nombre sea sinónimo de compromiso social.
Organizaciones defensoras de derechos humanos y académicos de la región han destacado su labor como un ejemplo de liderazgo comunitario. Incluso, su trabajo ha inspirado a jóvenes emprendedores informales a organizarse y luchar colectivamente por mejores condiciones.
Un llamado a la acción
Hoy, Fidel continúa su lucha. Exige políticas públicas inclusivas, espacios dignos para el trabajo nocturno, y el reconocimiento del valor social y económico de los vendedores informales.
“El comercio nocturno no es un problema, es una oportunidad si se regula con humanidad y visión”, asegura.
Mientras Santa Marta sigue avanzando hacia la modernización, Fidel Mozo sigue siendo un recordatorio de que el progreso no debe dejar atrás a quienes sostienen la economía popular desde la base.