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Margarita Guerra y Juliana Guerrero: El mal ejemplo

Margarita Guerra y Juliana Guerrero: El mal ejemplo

Juliana Guerrero y Margarita Guerra, guardan más cosas en común, que la similitud de sus apellidos, son dos figuras femeninas que hoy están en el centro del debate nacional y departamental, porque ambas personifican la cosificación  de la mujer en el escenario político y gubernamental.


 

Juliana Guerrero, una joven de origen quindiano, está hoy en el ojo del huracán y hasta en la mira de la justicia colombiana por varios delitos, porque encarnó la prepotencia y el nepotismo al intentar de manera fraudulenta acreditar títulos universitarios, para ocupar un cargo público, para el cual no está facultada.


 

Este escándalo, estalló a raíz de las denuncias de una congresista quien hizo pública una certificación que indicaba que la joven quien ya había sido postulada para el viceministerio de la juventud, no había cumplido con la prueba saber pro, un requisito que todo colombiano debe cumplir para acceder al título profesional, esto desencadenó una serie de hechos que van hoy en que la universidad Fundación San José, le revocó el título de contadora publica, al verificar que ni siquiera a clases asistió.


 

Pero todo este lio en la vida de Juliana Guerrero, nace del nepotismo y de una orden entregada por el propio presidente Gustavo Petro, que la joven fuese posesionada en el cargo, “a como de lugar”, pasando por encima de la ley si era necesario, ignorando las denuncias de la oposición, que solo quieren atacar el gobierno del pueblo. El mismo presidente había dicho que si era por el examen, lo presentaba y listo, no sabiendo quizás todo lo que había detrás.


 

La historia de Juliana Guerrero, entonces no es un buen ejemplo para las nuevas generaciones que se están educando y formando con ética y valores, no todo vale en la vida, simplemente por cumplir la voluntad de un líder, sea quien sea.


 

El caso de Margarita Guerra, es más preocupante, el Magdalena está viviendo una situación particular, el próximo 23 de noviembre debe elegir nuevamente un gobernador a raíz de la nulidad electoral que sufrió Rafael Martínez, por incurrir en doble militancia.


 

Margarita Guerra, es candidata a la gobernación, producto de una designación a dedo del líder del extinto partido y sepultado movimiento Fuerza Ciudadana Carlos Caicedo.


 

Llama la atención la forma en que Margarita Guerra, aparece en el escenario electoral y político en el Magdalena y es mas un instrumento para mantener el poder en la sombra, que la voluntad popular o el mérito de que ella sea quien gobierne al Magdalena.


 

Margarita Guerra, es una ficha política del exgobernador Rafael Martínez, fue su candidata a la Asamblea y su cercanía se debe a acuerdos políticos con dirigentes de Fundación de donde ella es oriunda.


 

Su primer fracaso político, fue no haber logrado la presidencia de la Asamblea del Magdalena para el 2025 a pesar de que era la candidata del gobernador y que aseguró en varias entrevistas en medios de comunicación, que su elección en la mesa directiva era solo de trámite, porque ella tenía los votos, era la presidenta. Bastante arrogante, por cierto.


 

Pero en la puerta del horno se le quemó el pan. no logró configurar una mayoría y emprendió una persecución que aun no termina en los estrados judiciales contra Angela Cedeño, actual presidenta de la corporación y que la ha derrotado tres veces por cuenta de decisiones judiciales que ordenaron repetir la elección.


 

Margarita Guerra, hoy no representa la lucha política y social de la mujer del Magdalena, en su campaña no esta reflejado el liderazgo de mujeres como Norma Vera, quien está luchando por hacerse su propio camino desligada de lo que se podría significar su hermano el rector de la universidad del Magdalena o el de Jenifer del Toro, quien ha liderado procesos sociales que le han costado hasta riesgo de seguridad o el de Sonia Gómez, Miladis Yanes entre otras.


 

Mientras las generaciones actuales crecieron viendo la lucha de las mujeres con su propio merito en la política, ahora se topan con una mujer que necesita la sombra de un líder en decadencia, cuestionado y señalado de maltratador, perseguidor y explotador, esperando que sea suficiente para que el pueblo la escoja.


 

La presencia de Caicedo en la Publicidad de Margarita Guerra, parece más una amenaza, para quienes devengan algún beneficio que le signifique compromiso político con ella que el apoyo autentico a una propuesta.


 

Margarita Guerra, solo promete continuar con el legado de Caicedo, cuyo camino está lleno de espinas como la persecución que denunció la jefe de control interno del HUJMB, o escándalos de corrupción en la salud como los que salpican a Diana Celedón, una joven hija de la educadora Kalina Sanchez, cuya carrera terminó arropada por la corrupción en la salud orquestada por el caicedismo.


 

Entonces Juliana Guerrero y Margarita Guerra, no son el ejemplo de mujer que yo quiero para mi hija que apenas está empezando la vida, la mujer no debe ser el instrumento para mantener el poder en la sombra, si una mujer está en la política debe corresponder a una visión y unas convicciones propias, no ser sometida solo a cumplir voluntades de otros, con el espejo de Virna Jhonson en la alcaldía de Santa Marta, es suficiente para que la gente entienda, que pasaría si Margarita Guerra, llegase ganar este 23 de noviembre.