Como si se tratara de un acto de prestidigitación administrativa, el gerente del Hospital San Rafael de Fundación, Sergio Aragón, decidió apuntar el dedo y toda su defensa contra dos contratistas, tras el delicado caso de la paciente Yésica Cárdenas, quien perdió a su bebé en octubre del año pasado, presuntamente por una atención médica tan lenta como el sistema de salud mismo.
Según el escrito enviado por el hospital a la Superintendencia Nacional de Salud, las señaladas con nombre propio fueron Claudia de Ávila y Luci Lara. La primera, apoyo del área de SIAU, y la segunda, auxiliar de enfermería del área de ginecología. Según el gerente, ellas tendrían una relación directa con la tragedia. ¿Pruebas? Solo el acto reflejo de buscar chivos expiatorios antes de asumir la responsabilidad.
Ambas contratistas, curiosamente, tienen certificados vigentes en cursos de “humanización” y “gestión del duelo” útiles en este pero eso no bastó para blindarlas del señalamiento. Porque aunque al parecer estaban preparadas para consolar, no para prevenir.
La Supersalud investigó y no cayó en la trampa
La Superintendencia no cayó en la trampa. Carolina Brijaldo Vega, directora de Inspección y Vigilancia para Prestadores de Servicios, fue clara: no existe proceso disciplinario alguno en contra de las contratistas. Es más, el único que sigue en deuda con la verdad es el propio gerente Aragón, quien hasta la fecha no ha entregado la historia clínica ni los documentos clave que podrían esclarecer el caso.
Lo cierto es que el área de Control Interno del hospital sí incluyó a Ávila y Lara como “presuntas implicadas”. Y aunque admiten que ambas cumplían con lo exigido en capacitación, se aferran a que eso no las exime de una investigación. Porque al parecer, en el San Rafael, hasta el más preparado puede terminar colgado en la plaza pública si eso ayuda a proteger los altos mandos.
La Supersalud, que tampoco se da por vencida, decidió trasladar el caso a la delegatura para investigaciones administrativas. Al parecer, lo que no encontraron en papeles, podrían encontrarlo en omisiones.
Gerente trata de desviar lo que realmente ocurrió
Así las cosas, mientras el gerente intenta tapar el sol con un dedo, el caso de Yésica Cárdenas y su bebé se convierte en un símbolo del sistema: un lugar donde la culpa siempre es de otros, los certificados no garantizan humanidad y la historia clínica, cuando más se necesita, simplemente desaparece.