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Una historia increíble está sacudiendo al pequeño corregimiento de Puerto Belén, en el sur de Córdoba. El rostro del papa Francisco apareció en la piel de un pescado, hallazgo que ha desatado una oleada de fe y curiosidad en toda la comunidad.
Todo ocurrió durante una jornada de pesca rutinaria en el río San Jorge. “El Mono” Quintero, conocido pescador de la región, regresó a casa con varias doradas, como cualquier otro día. Sin embargo, fue su esposa y su hija quienes, al limpiar el pescado, notaron algo asombroso: en una de las piezas se distinguía claramente el rostro de un hombre que rápidamente los vecinos identificaron como el del sumo pontífice.
La imagen del “pescado del Papa” no tardó en hacerse viral en redes sociales, y la humilde vivienda de los Quintero se transformó en un santuario improvisado, rodeado de velas, rosarios y oraciones.
Mientras para muchos se trata de una señal divina en medio de las dificultades que atraviesa la región, otros aseguran que se trata de un fenómeno psicológico conocido como pareidolia, donde el cerebro interpreta formas familiares, como rostros, en patrones al azar.
“Es una reacción natural, útil para la supervivencia de nuestros antepasados”, explicó un experto en percepción.
Por ahora, la familia Quintero mantiene el pescado en una hielera, entre la devoción y la duda de si llevarlo a una iglesia o compartirlo en un almuerzo de fe y gratitud. Para los habitantes de Puerto Belén, no cabe duda: este “milagro” llegó como un mensaje de esperanza en tiempos difíciles.
