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Congresista Guida en el ojo del huracán tras despedir a su empleada con solo $100.000 y sin prestaciones laborales

Congresista Guida en el ojo del huracán tras despedir a su empleada con solo $100.000 y sin prestaciones laborales

Dos décadas de trabajo silencioso, de entrega total, de cuidar un hogar que no era el suyo. Así fue la vida laboral de Yolfina Ruiz Díaz, una mujer que dedicó 20 años de su vida a trabajar como empleada doméstica en la casa del congresista Hernando Guida Ponce. Pero su historia, lejos de terminar con gratitud o justicia, cerró con un portazo a la dignidad: fue despedida con apenas 100 mil pesos y un adiós sin explicaciones.

“Eso fue todo. Me dijeron que esa era mi liquidación”, cuenta con la voz quebrada. Desde ese día, ni una llamada le han vuelto a contestar.

Yolfina no solo enfrenta el desprecio de una familia a la que sirvió con devoción, sino también la indiferencia del sistema. Asesorada por un abogado, acudió al Ministerio de Trabajo buscando una conciliación. Han sido varias las citaciones dirigidas al congresista Guida, pero él no ha asistido a ninguna ni ha enviado representante legal. “Me siento invisible, como si nunca hubiera existido para ellos”, lamenta.

Mientras lucha por una pensión o una compensación justa, sobrevive como puede. “La gente no sabe lo duro que es el trabajo doméstico, y mucho menos lo que duele que te traten como si no valieras nada”, afirma con lágrimas en los ojos.

Consultado por esta denuncia, el representante magdalenense Hernando Guida se desentendió por completo. “Nunca fui su jefe”, respondió, lavándose las manos y apuntando a su esposa como la responsable directa.

Esta declaración, más que aclarar, indigna: ¿un congresista que convive durante 20 años con una trabajadora en su hogar no tiene ninguna responsabilidad frente a su bienestar laboral? ¿Esa es la clase de ejemplo que dan quienes legislan por los derechos de los colombianos?

El caso de Yolfina no solo revela una historia de abuso y negligencia, sino también la desconexión y frialdad con la que algunos sectores del poder tratan a quienes los han servido en silencio. Mientras el congresista sigue en su curul, ella sigue luchando por lo que le corresponde: justicia, respeto y una vida digna.