Antonio Sanguino, el ministro de Trabajo, en su visita a Santa Marta, no se guardó nada y lanzó severas críticas hacia un conjunto de senadores que, de acuerdo con él, obstaculizaron el progreso de la reforma laboral, un proyecto que se había edificado a partir del acuerdo con diversos sectores sociales. En una declaración pública, el oficial acusó a diversos legisladores de "traducir" el proceso democrático y enterrar el debate sin mostrarse ante la nación.
Sanguino subrayó que las centrales sindicales fueron las más receptivas a la negociación del articulado, ofreciendo incluso sacrificios en asuntos fundamentales como la huelga y la sindicalización, derechos que son reconocidos por entidades internacionales como la OIT y la OCDE. "Existe una élite que presume pertenecer a la OCDE, pero se comporta como esclava al intentar respetar sus normas laborales", afirmó.
El ministro denunció que la ponencia de archivo fue impulsada por senadores como Nadia Blel y un congresista del Partido Liberal, quienes se resistieron a facilitar un diálogo transparente y democrático acerca de la reforma. De acuerdo con él, el proyecto que se presentó en la Comisión Séptima del Senado ya simbolizaba un pacto histórico en el ámbito laboral, promovido por el presidente Gustavo Petro, sin embargo, fue obstaculizado deliberadamente por intereses políticos conservadores.
Sanguino también descubrió que, a medida que miles de colombianos se manifestaban en respaldo a la reforma, el Senado la guardaba en secreto. Garantizó que el presidente del Senado, Efraín Cepeda, "engavetó" la apelación del senador Fabián Díaz durante diez semanas con el objetivo exclusivo de obstaculizar el progreso del proyecto. Frente a esta situación, el Gobierno decidió poner en marcha una opción distinta: una consulta popular.
“La reforma laboral no será sepultada por las élites del Congreso. Vamos a la calle, vamos a la consulta, vamos al pueblo”, afirmó el ministro. Indicó que, según recientes encuestas, un 37 % de los colombianos estarían dispuestos a votar a favor de esta iniciativa en las urnas, superando el umbral exigido para su validez.
Sanguino cerró su intervención anunciando el primer cabildo popular para este lunes en el Paseo Bolívar de Barranquilla, ciudad natal del senador Cepeda, a quien acusó de “tramar contra los derechos laborales del pueblo colombiano”. El mensaje es claro: el Gobierno no se detendrá, y la ciudadanía será clave para decidir el rumbo de los derechos laborales en el país.