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El derrumbe territorial de Fuerza Ciudadana: la ola naranja se apaga en el Magdalena

El derrumbe territorial de Fuerza Ciudadana: la ola naranja se apaga en el Magdalena

Las elecciones de los Consejos Municipales de Juventud dejaron al descubierto una realidad que ya se venía gestando en silencio en el Magdalena: el declive territorial de Fuerza Ciudadana.


 

El movimiento político que durante más de una década se presentó como la alternativa progresista del departamento, sufrió derrotas en municipios clave, tanto en el norte como en el centro y sur del territorio.


 

De acuerdo con los resultados oficiales, Fuerza Ciudadana perdió en Ariguaní, Cerro de San Antonio, Ciénaga, El Banco, Fundación, Sabanas de San Ángel, San Zenón, Santa Ana, Santa Bárbara de Pinto, Tenerife y Zapayán, una lista que abarca todas las subregiones del Magdalena y refleja un deterioro estructural de su influencia política.


 

En la mayoría de estos municipios, los ganadores fueron movimientos cívicos, listas independientes o agrupaciones juveniles ligadas a procesos sociales locales, sin filiación partidista. En otros, como Santa Marta, el triunfo fue de “Santa Marta Sí Puede”, el movimiento identificado con el alcalde Carlos Pinedo Cuello, que emergió como nuevo referente político distrital.


 

Con el 99,56 % de las mesas escrutadas, los datos muestran una tendencia clara en las tres localidades del Distrito. En San Pedro Alejandrino (Localidad 1), Santa Marta Sí Puede obtuvo el 30 % de los votos (2.256 sufragios), frente al 9,66 % alcanzado por Fuerza Ciudadana. En Rodrigo de Bastidas (Localidad 2), la lista Santa Marta Sí Puede Histórica lideró con el 34,52 % (2.360 votos), mientras Juventud Fuerza Ciudadana apenas logró el 11,39 %. Finalmente, en Turística Perla del Caribe (Localidad 3), el nuevo movimiento también se impuso con el 29,42 %, triplicando a sus competidores más cercanos.


 

Los comicios juveniles actuaron como un termómetro político: en municipios históricamente aliados como Ciénaga o Fundación, Fuerza Ciudadana fue relegada a lugares secundarios, mientras que en el sur, en localidades como El Banco o Santa Ana, su presencia fue prácticamente testimonial. En el centro del departamento, territorios rurales como Ariguaní y Sabanas de San Ángel votaron mayoritariamente por candidaturas independientes, enviando una señal de distanciamiento de la línea partidista que antes dominaba la escena.


 

*Los datos municipales permiten dimensionar el alcance del retroceso caicedista:*


 

Ariguaní: Cambio Radical se impuso con 897 votos, frente a 582 de Juventudes Fuerza Ciudadana.

Cerro de San Antonio: Partido Liberal lideró con 198 votos, superando por estrecho margen los 194 del movimiento naranja.

Ciénaga: el grupo Pa’lante Ciénaga obtuvo una victoria amplia con 1.997 votos, frente a 1.317 de Fuerza Ciudadana.

El Banco: Grupo Juvenil Corazón de El Banco logró 944 votos, más del triple de los 265 del caicedismo.

Fundación: Cambio Radical alcanzó 1.419 votos, mientras Juventudes Fuerza Ciudadana obtuvo 676.

Sabanas de San Ángel: Partido Liberal duplicó a Fuerza Ciudadana (300 frente a 106 votos).

San Zenón: Centro Democrático ganó con 319 votos, frente a 219 del movimiento naranja.

Santa Ana: Cambio Radical marcó la diferencia con 400 votos, frente a 328 de Fuerza Ciudadana.

Santa Bárbara de Pinto: Partido de la U se impuso con 390 votos, frente a 253 del caicedismo.

Tenerife: la lista comunitaria JAC B. Pueblo Nuevo – Juventud Tenerifana ganó con 349 votos, apenas por encima de los 329 de Fuerza Ciudadana.

Zapayán: el Partido Conservador se consolidó como primera fuerza con 437 votos, frente a 343 del movimiento naranja.

El balance muestra que Fuerza Ciudadana no logró imponerse en ninguno de los municipios evaluados, y en la mayoría quedó relegada a un segundo o tercer lugar, perdiendo incluso en territorios donde históricamente contaba con bases juveniles sólidas.

 

Este fenómeno marca el fin de una hegemonía política construida desde Santa Marta hacia la periferia. Lo que alguna vez fue una estructura cohesionada en torno a un liderazgo carismático, hoy enfrenta un vacío generacional y territorial, debido a la pérdida de su narrativa de renovación y por el distanciamiento de su liderazgo con la administración distrital. Su bajo desempeño en estas elecciones juveniles se interpreta como un indicador temprano de reconfiguración electoral en Santa Marta y el Magdalena.