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Descubren en Santa Marta vivienda donde fue asesinado y desmembrado biólogo italiano

Descubren en Santa Marta vivienda donde fue asesinado y desmembrado biólogo italiano

Según las investigaciones, en Santa Marta habrían casas de piques donde se cometen este tipo de crímenes atroces.


El anuncio del general Carlos Triana Beltrán, comandante de la Policía Nacional, estremeció a Santa Marta este sábado. En pleno corazón urbano de la capital del Magdalena , las autoridades descubrieron una casa de pique: un inmueble utilizado para torturar y descuartizar personas.

La revelación, hecha en el marco de la investigación por el brutal asesinato del ciudadano italiano Alessandro Coatti, confirmó el peor temor que empezaba a crecer tras este hecho de sangre: las casas de pique ya no son exclusivas de las zonas rurales o selváticas. Hoy están aquí, escondidas entre las calles de la ciudad.

En el barrio San José del Pando, en una vivienda que a simple vista parecía común y corriente, Alessandro Coatti vivió sus últimos momentos de terror. Allí fue llevado por sus captores, quienes, según las autoridades, lo torturaron, lo descuartizaron, embalaron sus restos en bolsas y maletines, y los abandonaron en distintos puntos de Santa Marta. Una de sus piernas, hasta ahora, sigue sin ser hallada.

El hallazgo de este “matadero urbano” no solo marca un avance en la investigación, sino que revela la brutal degradación de la violencia en Santa Marta.

“Las personas que cometieron el crimen también hurtaron al italiano”, explicó el general Triana, dejando claro que ninguna de las pertenencias de Coatti fue recuperada. Esto plantea una inquietante pregunta: ¿fue este un crimen de oportunidad o una manifestación de redes criminales más profundas y organizadas?

Desde 2024, según datos de la defensora de derechos humanos Norma Vera Salazar, en Santa Marta y sus alrededores han sido descuartizadas al menos 14 personas. Hasta ahora, cada caso parecía aislado, tragedias atribuidas a zonas apartadas, a caminos rurales y veredas lejanas. Hoy, con esta revelación, la ciudad enfrenta una nueva y mucho más perturbadora realidad: la barbarie se ha instalado en el corazón mismo de su geografía urbana.

La casa donde fue asesinado Coatti está ubicada en una zona central, rodeada de viviendas familiares, pequeños comercios y escuelas. Ningún vecino sospechó jamás que tras esas paredes comunes se ocultaba un centro de tortura y muerte.

Las investigaciones avanzan, basadas en huellas dactilares, pruebas de ADN, testimonios de vecinos y registros de cámaras de seguridad. Identificar a quienes frecuentaban la casa podría ser la clave para desmantelar una estructura criminal que, claramente, ha echado raíces en la ciudad.

Y surge una nueva pregunta que pesa sobre Santa Marta: ¿cuántas otras casas de pique existen, ocultas a plena vista, entre sus barrios y calles bulliciosas?

El caso de Alessandro Coatti no solo destapa una violencia brutal. Obliga a la ciudad a mirarse de frente y reconocer que el crimen organizado no está a las afueras: ya vive entre nosotros.